Ética en Epicuro

 ¿En qué consiste la ética epicúrea?



Epicuro de Samos, fue un filósofo griego, fundador del "jardín", escuela filosófica que residía, valga la redundancia, en un jardín. El epicureismo es considerado parte de las escuelas helenísticas, las cuáles ven la filosofía más como un estilo de vida.

1. La doctrina del placer:

El fin de la ética epicúrea, es alcanzar la ataraxia (imperturbabilidad del ánimo), siendo el placer el medio, el placer es el bien primero.

Tal vez diréis: ¡¿El placer?! ¡¿Eso significa qué Epicuro adora las fiestas, el embriaguez excesivo, el vientre inchado por un desdén en la comida y todo lo qué sea objeto de nuestro deleite?! 

No, al igual que Demócrito que tiempo atrás dijo: «No hay que elegir cualquier placer, sino sólo el de lo bello.» Asimismo, Epicuro sigue una línea similar, pues Epicuro no considera aquellos placeres de los que se desprende una molestia mayor, y cuando dice que el placer es el fin no se refiere a los grandes banquetes, bebidas suntuosas o el placer sensual. Cuando menciona que el placer es el fin hace referencia pues, a no padecer dolor en el cuerpo ni turbación en el alma.

Incluso ciertos dolores pueden ser preferibles si traerán un placer en abundancia luego de su prolongación. La autosuficiencia, se considera un gran bien, puesto que se goza más de la abundancia al no poseerla, en ese sentido, Epicuro parece enfatizar los placeres sencillos en esta máxima de su carta a Meneceo:

«Los alimentos simples conllevan un placer igual al de un régimen lujoso, una vez se ha suprimido el dolor [que provoca] la carencia.»

Entonces, no, el hedonismo epicúreo no es un hedonismo salvaje, puesto que resalta la moderación y la frugalidad en el hombre.

Por último, no podríamos dejar pasar el énfasis en qué el placer, estando en el tiempo que sea, hará que no se experimente sufrimiento ni pesar. En esto, consiste pues, el límite de la grandeza en los placeres, la eliminación de todo sufrimiento y pesar a través del uso del placer. Siendo no necesario el placer, cuando no hay sufrimiento.

2. Clasificación de los deseos:

Epicuro realizó una clasificación en lo que respecta a los deseos, de estos, podríamos resumir el siguiente cuadro, donde se distinguen los deseos vanos y los deseos naturales:

3. El placer y la moralidad:

Volvemos atrás nuevamente, para remontarnos a Aristóteles, de éste, sabemos que la prudencia, es pues, el eje de su ética, siendo que al poseerla, se tendrán, pues, las otras virtudes. Cómo sabemos, la definió cómo "la capacidad de deliberar las cosas que contribuyan a la virtud y felicidad". En consonancia, Epicuro la considera, el mayor bien, y de la que nacen todas las demás virtudes. Por lo cual, la moral y el placer van de la mano.

«Ella nos enseña que no es posible vivir placenteramente sin [vivir] juiciosa, honesta y justamente.»

4. La idea de justicia en Epicuro:

En lo que respecta a la idea de justicia en Epicuro, parece tratarse de una concepción similar a la del contrato social, puesto que, la define como cierto pacto, en el cual se establece el no dañar, ni tampoco el ser dañado. En ese sentido, las leyes, son justas en la medida que pueden ser útiles en las exigencias de la relación de los unos con los otros, sin embargo, si deja de ser útil, ya no tiene carácter de lo justo. También resulta crucial en la legalidad formulada por Epicuro, que las leyes cambien de acuerdo al contexto social: 

«Cuando, resultando nuevas las circunstancias, ya no convienen las leyes consideradas justas, eran justas entonces, cuando convenía a la relación mutua de los conciudadanos; después, cuando no convienen, ya no son justas.»

Bibliografía:

- Epicuro, Carta a Meneceo.

- Epicuro, Máximas Capitales.

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