Ética en Plutarco: Parte 1

 ¿Qué podemos aprender de la ética en Plutarco?


Plutarco de Queronea, filósofo moral e historiador, fue autor de Vidas Paralelas y de una serie de obras de carácter ético, conocidas como Obras Morales y de Costumbres. En esta ocasión, realizaremos un repaso de cuatro libros: Progresos en la Virtud, Refrenamiento de la Ira, Cómo Sacar Provecho de los Enemigos y La Virtud y el Vicio, con el objetivo de dar a conocer un pensador quizás no tan comentado en la filosofía ética.


1. Progresos en la Virtud:


El tratado "Cómo Percibir los propios Progresos en la Virtud", brinda una guía interesante acerca de los progresos en el aspecto moral, que podría servir para darnos una idea de qué tan avanzados estamos en este tema, si bien, no es del todo completo, constituye un buen libro para el autoanálisis de la virtud.

En la introducción del libro, ya encontramos un resumen acerca de los progresos que encontraremos en el resto de la obra, estos son once progresos en total:

A) Si uno siente dejar los estudios de filosofía por otras ocupaciones. 

B) Si no se deprime y duda muy a menudo en los comienzos de estos estudios.

C) Si se mantiene firme a los ataques y las burlas de enemigos y amigos por los propios defectos.

D) Si se siente atraído por la moral.

E) Si no se deja llevar por la ira.

F) Si se conforma con la propia conciencia del bien realizado.

G) Si incluso busca la censura de los propios defectos.

H) Si sabe dominar las emociones.

I) Si desea imitar y ponerse como ejemplo a los mejores.

J) Si desea comunicar sus progresos en la virtud a los demás, familiares y amigos.

K) Por último, si no se descuida en lo que pueden parecer pequeños detalles, sino que desea construir su vida con los materiales más nobles.

A esto, habría que añadir también otros progresos que son mencionados en el libro, los cuáles son: 

«No permitir que las palabras generen palabras, sino acciones, es un signo propio de progreso.»

«Es necesario que cada uno preste atención no sólo a sus palabras, sino también a sus actos, por si en ellos la necesidad prevalece sobre lo festivo y la verdad sobre la ostentación.»

«La moderación, la mansedumbre y el no comenzar la conversaciones con disputa ni finalizarlas con ira, y ser capaces de no tratar mal si vencemos, o disgustarnos si somos vencidos, es propio de un hombre que está haciendo suficientes progresos.»

2. Refrenamiento de la Ira: 


El tratado "Sobre el Refrenamiento de la Ira", tiene la intención de brindar un tratamiento a la que es quizás, la pasión más desastrosa de todas (en potencia), es decir, la ira. Entre las causas de acuerdo a Plutarco se encuentran: El menosprecio o descuido, el egoísmo y mal carácter y el odio del mal. En ese sentido, el filósofo, recomienda no caer en la ira ni bromeando, mucho menos ponerle otros nombres, pues no nos libraremos de ella, y es claro que, al tener consecuencias desastrosas en muchos ámbitos o simplemente, el tener como efecto el mal carácter, no resulta conveniente por supuesto el caer en ella. Podemos resumir el tratamiento de la ira en los siguientes postulados:

A) La ira se puede vencer a partir de la razón.

B) La ira se puede tratar con los buenos consejos.

C) No alimentarla en el momento en el que nace, sino mostrarle nuestro menosprecio y silencio propio.

D) Vernos en ese estado no natural.

E) Identificar las señales corporales cuando se va a presentar la ira.

F) Dejar de lado el engreimiento, es decir, dejar de quejarnos por alimentos de menor valor o cosas de menor valor, más bien preservar la frugalidad, ya que quienes necesitan poco son faltos de mucho.

G) Si se presenta una situación complicada, es decir, cuando hayan fallos que excitan nuestra ira, afirmar que ya lo sabíamos, por ejemplo, ante la muerte de un hijo, decir: "Sabía que lo engendre mortal", asimismo, afirmar lo mismo en otras situaciones.

H) Si queremos dejar de ver a los demás con odio, hemos de vernos a nosotros como personas necesitadas de perdón.

I) No castigar mal con mal, es decir, ira con ira.

J) No perturbarnos por cosas pequeñas.

K) Realizar retos con nosotros mismos, cómo pasar al principio unos días sin ira, luego unos meses sin ira y así sucesivamente para tratarla.

M) Si finaliza la ira, la razón no ha de desaparecer, sino estar en vigilancia.

3. Cómo Sacar Provecho de los Enemigos:


Este tratado, se trata de mi obra favorita de Plutarco, así como uno de mis libros favoritos de filosofía ética, y no es de extrañar, puesto que es buen manual para aquel que abunda de enemigos. Tal vez no todos los puntos puedan ser aplicables para todos los casos, pero sí gran parte de ellos, por lo cual, es un libro indispensable si queremos tener un razonamiento más objetivo acerca del enemigo y los provechos que se pueden obtener. Es claro que, cosas que en primera instancia parecen ser negativas, se les puede sacar también un beneficio.

Estos provechos pueden ser resumidos en los siguientes postulados: 

A) El enemigo al estar siempre acechando, nos hace prestar más atención sobre nosotros.

B) Si queremos afligir al que nos odia, procuremos no tacharlo de hombre malo, sino uno mismo ser un hombre moderado, sincero, amable y justo.

C) Si se desea censurar, primero tenemos que ser personas irreprochables, siendo que no podemos juzgar al otro de desordenado si nosotros somos personas ruines.

D) Si los enemigos mencionan faltas no existentes, hemos de buscar la causa de la blasfemia y cuidarnos si no hemos cometido nosotros una falta similar.

E) El entrenamiento emocional, provecho que puede explicarse en el siguiente fragmento de Plutarco:

Ciertamente, nada, hay más digno y más hermoso que mantener la calma ante un enemigo que nos injuria, «co­mo si pasáramos nadando junto a una roca lisa pasare­mos junto al aficionado a injuriar», y no existe otro entrenamiento mayor. 

Pues, si te acostumbras a sufrir en silencio al enemigo que te injuria, soportarás muy fácilmente la cólera de tu mujer, cuando hable mal de ti, y aguantarás tranquilamente, cuando les escuches, las expresiones más duras del amigo y del hermano; y te presentarás a tu padre y a tu madre sereno y sin ira, cuando seas golpeado o herido por ellos. 

Pues Sócrates soportaba a Jantipa, que era una mujer iras­cible y difícil, pensando que, si se acostumbraba a soportarla, su trato con los demás sería muy fácil; pero es mejor que, ejercitándose con las indecencias, iras, bur­las y ultrajes de los enemigos y extraños, acostumbres tu ánimo a ser paciente; y a no indignarse cuando sea injuriado.

F) Si nos acostumbramos a alabar a nuestros enemigos cuando son celebrados justamente, nunca envidiaremos a nuestros amigos si son felices ni tampoco a nuestros familiares exitosos. Siendo este ejercicio del ánimo, un remedio para curar el celo y la envidia.

G) Si llegamos a ser justos con nuestros enemigos, con mayor razón, seremos aún más justos con familiares y amigos.

«Mayor y más hermoso es que noso­tros, si nos acostumbramos a emplear la justicia inclu­so con los enemigos, nunca nos comportaremos injusta y maliciosamente con los familiares y amigos

Asimismo, cómo menciona Plutarco en este tratado, es preferible evitar tomar represalia del enemigo cuando se presenta la oportunidad:

«Hacer bien a un amigo no es tan hermoso como es ver­gonzoso no hacerlo cuando lo necesita. Es bueno tam­bién el desaprovechar tomar venganza del enemigo, cuan­do se ofrece la oportunidad. Pues, un hombre que se compadece del enemigo que sufre una desgracia y que le socorre cuando está necesitado, que muestra dili­gencia y afecto para con los hijos y los familiares del enemigo, cuando se encuentran en alguna necesidad, a este hombre, el que no lo admira por su bondad ni ala­ba por su honradez, ése: Tiene su negro corazón forjado de diamante o de hierro.»

H) Si la voz de nuestros amigos de débil o su amonestación es muda, es preferible oír la verdad departe de nuestros enemigos, puesto que, muchas cosas las percibe mejor el enemigo que el amigo.

4. La Virtud y el Vicio:



La última obra de la cual hablaremos el día de hoy, es "Sobre la Virtud y el Vicio", tratado corto, de tan sólo unas cuantas páginas, pero con un contenido brillante. La idea central de este libro, es que el filósofo puede vivir contento siempre y que la felicidad se consigue a partir de la virtud. ¿No les suena parecido al Estoicismo?

Los fragmentos más interesantes de este tratado los estaremos pasando a continuación:

«Vida agradable y feliz no se asienta en causas externas, sino que, por el contrario, el hombre, extrayendo de su carácter, como de una fuente, el placer y la alegría, los aplica a las cosas que lo rodean.»

«Los hombres soportan también la pobreza, el destierro y la vejez con alegría y en paz según la buena disposición y la tranquilidad de su carácter.»

«Toda clase de ocupación y forma devida, acompañadas de la virtud, carecen de penas y son agradables; en cambio, cualquier vicio hace a las cosas que parecen espléndidas, magníficas y venerables, dolorosas, nauseabundas y desagradables a los que las poseen.»

«¿En dónde reside, entonces, el placer del vicio, si en ninguna parte hallamos con él la liberación de los cuidados y tristezas ni la independencia ni la tranquilidad ni la calma?»

«Ciertamente la templanza y la salud del cuerpo dejan sitio y dan principio a los placeres de la carne, pero no es posible que en el alma se produzca gozo alguno ni alegría duradera, si ella no se proporciona a sí misma alegría, confianza y valor, como un asiento sobre el que descansar o una bonanza que no la perturben las olas. De otra manera, aun cuando alguna esperanza o placer le sonría un poco, si le surge de repente una preocupación, como un escollo en un mar en calma, el alma queda llena de confusión y turbación.»

«Serás independiente si aprendes qué es lo bueno y lo honrado. Serás voluptuoso en tu pobreza, y vivirás como un rey, y desearás una vida alejada de cargos públicos y privada no menos que una vida llena de cargos militares y públicos. Si te has convertido en un filósofo, no vivirás descontento, sino que aprenderás a pasar la vida con gusto en todas partes y con cualquier cosa. La riqueza te producirá alegría, porque podrás hacer el bien a muchos, y la pobreza, porque te verás libre de muchas preocupaciones; la fama, porque serás honrado, y la falta de fama, porque no serás envidiado.»

Bibliografía:
- Obras Morales y de Costumbres, Plutarco.

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